Con el buen tiempo y el calorcito apetece poner colores más llamativos para hacer destacar uno de los días más importantes de tu vida. Así lo hicieron Marta y Miguel en su boda.
El salón de celebraciones Aquario, ubicado en Torre-Pacheco, Murcia, se llenó de flores vivas: rojas, rosas, lilas, amarillas y un poquito de blanco para no saturar. Pero qué sería de una composición floral sin un toque de verde, el encargado de indicarnos que la naturaleza está en su mejor momento. Todos estas tonalidades se integran perfectamente con nuestros elementos decorativos.
En este caso nuestros novios decidieron darse el “sí quiero” bajo un arco silvestre a juego con el ramo de novia. Las flores que protagonizaron este enlace fueron el lisiantus, la matricaria, unas mini rosas que parecían recién cortadas del jardín. Todas ellas le dieron ese estilo tan salvaje que tanto define a este evento. Además hemos añadido tallos de eucalipto y solidago que desprenden una fragancia única.
El pasillo, uno de los espacios más importantes, fue acompañado por unas guirnaldas a cada lado, repletas de flores y verdes. Una forma de sustituir la tradicional alfombra, por la que vemos entrar a la mayoría de novias. Tampoco pudo faltar la estación de pétalos situada a ambas esquinas del pasillo.
Esta vez un par de mesitas blancas a juego con la del oficiante y unos cestos de mimbres fueron los encargados de guardar los pétalos y el arroz. Para acompañar a las mesitas dentro de los cajones hemos colado unas bandejas con formas asimétricas consiguiendo ese toque más alocado.
Lo mismo hicimos con la mesa blanca del espacio nupcial y el baúl situado en la entrada al lado de un cartel de madera. Por último, las alfombras de esparto también predominaron en varios lugares de la boda para transmitirnos un ambiente más étinico, que nos recuerda tanto a esa esencia del sur y el verano.
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